Cómo usar Bitcoin y no morir en el intento5 Minutos De Lectura

¿Cada día escuchas más o lees la palabra Bitcoin y no sabes de qué se trata?, ¿Qué es una criptomoneda?, ¿Para qué sirve?, ¿Por qué es tan popular?, o sencillamente no tienes ni idea de cómo utilizarla. No eres a la primera persona que le pasa y tampoco serás la última.

Para muchos, hablar o aprender sobre el uso de Bitcoin significa un dolor de cabeza, pues se imaginan que es un sistema complicado o inseguro. Ninguna de las dos cosas es cierta. Al contrario, pese a que parece difícil, hay que aprender un par de cosas para comenzar a realizar transferencias, y generalmente se trata de un mecanismo de pago seguro.

Antes que de explicar con detalle cómo funciona Bitcoin, lo primero es hablar sobre su significado, y conceptos básicos.

Como Bitcoin se le conoce a una moneda y sistema digital. Su abreviatura es BTC, y es importante aclarar que, si bien a la plataforma como tal se escribe con B mayúscula, la palabra “bitcoin” toda en minúsculas se refieren a las unidades de essta moneda.

Como moneda, Bitcoin puede ser usada para lo que funciona cualquier otra, comprar, vender, etc. Pero a diferencia de las tradicionales, no depende de un banco central o cualquier ente gubernamental que la respalde y mucho menos que la emita.

Funciona completamente bajo una plataforma digital creada por Satoshi Nakamoto, y antes de que vayas a Google a buscar quién es, te ahorramos esos minutos. Pese a que mucho se ha especulado sobre su identidad, y varias personas han afirmado ser el creador de Bitcoin, nadie sabe a ciencia cierta la verdadera persona detrás de esta criptomoneda.

Por ello, sencillamente para hablar de Satoshi Nakamoto se hace cómo el seudónimo de una persona o un grupo de personas, que en octubre de 2008 publicó un “libro blanco”, conocido oficialmente como whitepaper, sobre un sistema electrónico de efectivo punto a punto en un foro de internet, y meses después, en enero de 2009, lanzó el primer software.

Es así como Bitcoin no le pertenece a ningún gobierno o país, y debido a que su inventor es anónimo y lo estableció como un sistema de licencia libre, tampoco es propiedad de ninguna compañía privada o individuo particular. ¿Cómo se mantiene su funcionamiento? Pues lo hacen los propios usuarios.

Es digital

A diferencia del dólar, el yen, el euro o cualquier moneda regional, el Bitcoin no existe de manera física. Es exclusivamente digital, y funciona a través de blockchain, o cadena de bloques. Gracias a su eficiente mecanismo de verificación o consenso entre los involucrados en una transacción, este no puede gastarse en más de una ocasión.

Cada bitcoin, total o porción, es único. Cada transacción va a un registro público en el blockchain, que funciona como un “libro” contable digital, en donde cualquiera puede verificar que los fondos realmente existen y si se movieron de un sentido a otro.

Los usuarios pueden administrar sus bitcoin en monederos digitales. Estos funcionan mediante una llave pública (que sería lo equivalente a un número de cuenta en un banco), y una llave privada (que sería la contraseña).

Gracias a ellas se pueden efectuar transferencias financieras desde cualquier parte del planeta y en cualquier momento. Además, es posible lograr cambiarla por una moneda local, gracias a LocalBitcoins u otras casas de cambio que existen en muchos países.

Lo mejor de todo es que los usuarios no se verán limitados por el control que suelen establecer los bancos tradicionales, que en algunas ocasiones llegan a congelar las cuentas, así como tampoco serán afectados por las excesivas comisiones que suelen aplicar. Bitcoin, cambio, fue creado para cobrar una pequeña o nula comisión.

Cómo funciona

Luego de informarse apropiadamente, lo primero que hay que hacer es seleccionar una wallet, también denominada como billetera, cartera o monedero, mediante la cual podrás administrar tus fondos. Hay que aclarar, sin embargo, que no es allí donde se almacena el dinero.

Las monedas se registran en los blockchain. Los wallet tienen la función de manejar las llaves públicas y privadas que sirven para llevar a cabo las transacciones, ya sea de envío o de recepción.

Estas carteras se dividen en tres categorías. Las de hardware, que guardan la clave privada en un sistema independiente fuera de internet (como Ledger o Trezor); las de software, que se pueden instalar en ordenador o dispositivo móvil, en donde se guarda y encripta la contraseña (como Electrum, Bitpay, Green o Coinomi); y las webs (tales como Bitgo y Blockchain).

Para los nuevos usuarios se aconseja que hagan uso de las de software, que además de proporcionar completa seguridad, suelen ser gratuitas.

Es importante aclarar que se pueden usar diferentes billeteras, no es una limitante. Y, además, que hay algunas que funcionan en cualquier sistema operativo, pudiendo administrar tus bitcoins fácilmente donde te encuentres.

Siempre se aconseja hacer una separación de los fondos, según el uso, por ejemplo, tener en diferentes partes los que sean para gastos diarios de los que sean para ahorrar.

El siguiente paso es configurar el wallet. Hay que tomar en cuenta que la seguridad depende completamente del usuario, esto incluye a las semillas (o respaldos) de recuperación. Si ella cae en las manos equivocadas, podrán tener acceso a tus finanzas. Gran problema, ¿no?

Es por esto que muchos optan por un modo bien tradicional para resguardarla: anotándola en un papel, y guardándola en un sitio privado, seguro y que no pueda verse afectado por la humedad.

Recibir y comprar bitcoins

Recibir bitcoins es muy fácil, lo único que se necesita es compartir un link público que emitirá el wallet. Únicamente se debe presionar el botón recibir y que la otra persona destine el dinero a la dirección que se le envió, la cual es única y emite el propio monedero.

Para comprar los bitcoins, existe un abanico de opciones que se pueden conseguir con una simple búsqueda en Internet. Si no tienes para comprar 1 BTC, no te preocupes. El monto mínimo es 0,00000001.

Las adquisiciones pueden hacerse mediante intercambios personales, casas de cambio, casas de bolsa, sistemas de intercambio P2P, y cajeros automáticos, entre otros.